Mayor Grúa Flotante Del Mundo
En 1999, para la transición del canal de Panamá, a manos panameñas, Jesús O. Picota C. Colaborador con 42 años de servicio en la empresa, compuso la letra y música, del «Himno al Canal de Panamá». Entonces, años más tarde, compuso la música y letra de la primera propaganda de la ampliación del Canal, en el género de mejorana, titulada «Ampliación, Patria y Promesa». El 24 de abril de 2006, el ex–presidente Martín Torrijos Espino anunció formalmente la propuesta de la Ampliación del canal de Panamá, a través de la construcción de un tercer juego de esclusas y la ampliación del cauce de navegación.
Todo se difuminó; ahí está él otra vez en la situación en que se encontraba ocho años antes, con la distingue de que la suerte le había arrancado la copa entre dos tragos. El rumor de esa belleza floreciendo en la casa del Senador Orellano llegó también a oídos de Tadeo Céspedes, quien jamás imaginó conocerla, porque en los años de su existencia no había tenido tiempo de estudiar versos ni ver mujeres.
Cuento Latinoamericano De Horacio Quiroga: Una Noche De Edén
Lo veo pese a los años, interrogando al planeta que se cerraba para él en una ronda de carcajadas. Lo prosigo viendo acurrucado, como una palomita llorona mirando las bocas burlescas de los niños, desfiguradas por el océano inconsolable de su amargo lagrimal. Murió su hermano y tres meses después su cuñada, dejando huérfana una hija de once años. Él la deseaba bastante, exactamente la misma a otra sobrina, hija de una hermana viuda; las besaba constantemente cuando las visitaba; llegaba incluso al desvarío de llevarles, constantemente, galletitas. Vaciló un tanto, pero por último recogió a la huérfana; ella era la hija anhelada. No cabía en sí de la alegría; a lo largo de las primeras semanas, prácticamente no salía de su casa, siempre y en todo momento a su lado, oyendo sus cuentos y festejándole todas sus ocurrencias. Tadeo Céspedes la procuró por todas partes, llamándola desesperado.
Los ladridos de los perros lo condujeron al otro extremo de la vivienda. Con ayuda de los jardineros echó abajo la puerta trancada y entró al cuarto donde una vez viese a un ángel coronado de jazmines. Halló a Dulce Rosa Orellano tal como la viera en sueños cada noche de su existencia, con exactamente el mismo vestido de organza ensangrentado, y adivinó que viviría hasta los noventa años, para abonar su culpa con el recuerdo de la única mujer que su espíritu podía amar. Desde el mismo instante en que se llevaron a su padre aún vivo, y Tadeo Céspedes cerró la puerta a su espalda y se soltó el cinturón de cuero, Dulce Rosa vivió para vengarse. En los años siguientes ese pensamiento la sostuvo despierta por las noches y ocupó sus días, pero no borró del todo su risa ni secó su buena intención.
Modelos Principales
Tiras utilizadas que el imperio repartía a Sudamérica para tranquilizar su conciencia. Trapos de distintos colores, que los chiquillos se probaban entre risas y tirones. Y en medio de esa alegre selección, apareció un vestido, un largo y floreado camisón que los cabros sacaron calladamente del bulto. Lo extrajeron mirándose con maldadosa cooperación. Margarito, como siempre, flotaba más allá del bullicio en la balsa expatriada de su lejano andar. Por eso no se percató cuando lo rodearon sujetándolo entre todos, y a la fuerza le metieron el vestido por la cabeza, vistiéndolo bruscamente con esa prenda de mujer. Creo que nunca voy a olvidar esa escena de Margarito con los ojos empañados, envuelto en la percala floral de su triste primavera.
- Harapos de diferentes colores, que los chiquillos se probaban entre risas y tirones.
- Eran fardos colosales de pantalones, poleras, zapatos, camisas y casacas que los sacerdotes habían elegido para los niños hombres.
- Lo recuerdo solo, en ese muy triste exilio de princesita traspapelada en un cuento equivocado.
- Lo veo así, al borde de la crisis esa mañana del sesenta en el momento en que Caritas-Chile obsequió un montón de ropa de norteamérica para la escuelita Ochagavía.
Se hospedaba en el más destacable hotel y desde allí organizaba su boda, deseaba una fiesta con fanfarria, derroche y bullicio, en la cual participara todo el pueblo. Descubrió el cariño a una edad en que otros hombres han perdido la ilusión y eso le devolvió la fortaleza de su juventud. Deseaba rodear a Dulce Rosa de aprecio y hermosura, darle todas y cada una de las cosas que el dinero pudiese comprar, a ver si lograba compensar en sus años de viejo, el mal que le hiciese de joven.